El Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre, se ha centrado este año en la prevención del suicidio. 

Cada dos horas y media, en España se suicida una persona, una cifra que duplica los accidentes de tráfico y superamos en once veces a los homicidios. Tres de cada cuatro son varones. Según la OMS, el 79% de los suicidios se producen en países de bajos ingresos. 

Los expertos hablan abiertamente de que los recortes en sanidad afectan sobre todo a la salud mental. Necesitamos un programa de prevención a nivel estatal. Muchas comunidades autónomas que disponen de programas propios son deficitarios en medios económicos y humanos. 

Nuestra sociedad genera expectativas muchas veces no satisfechas, lo que causa frustración, depresión, estrés, ansiedad… Debemos empezar por la prevención en las escuelas, hablando con nuestros jóvenes, adictos o no a sustancias, de los efectos que éstas tienen en las sus vidas, de la necesidad de reorientarlos a una mejor y más directa responsabilidad de sus actos. Se trata de un proceso de maduración que no sólo incluye el sistema educativo, sino en la familia como núcleo principal de convivencia y valores. 

Muchas veces aparecen señales de alarma, detectarlas es primordial. Un sistema de alerta que incluye escuelas, familia y sistema sanitario público de calidad, evitaría muchas de las muertes producidas por el suicidio. Una salud mental reconocida, bien dotada y con profesionales cualificados, sería la mejor herramienta de prevención y contención del suicidio. 

Negar que los recortes son parte del problema, es negar la realidad del suicidio, vinculado a una falta de seguimiento y tratamiento de estas personas. La justicia social pasa siempre por una sanidad de calidad. 

Necesitamos realizar una reflexión sobre nuestro sistema sanitario, cualquier mejora en su financiación, será una mejora en la salud de la ciudadanía. Más y mejores medios para luchar por una sanidad que, lamentablemente, dispone cada vez de menos recursos y genera unas listas de espera inasumibles para una sociedad democrática y socialmente justa. 

Cualquier inversión en la sanidad pública es una inversión de futuro. No en los cantos de sirena de la sanidad privada, un negocio de pocos, para beneficio de pocos. La sanidad pública universal y gratuita es la mejor herramienta para una justicia social ampliamente demandada por la ciudadanía. 

Como Secretaria de Salud del PSC de Terrassa, no voy a desfallecer en mi lucha de mejora de la salud de mis conciudadanos, justicia social, sanidad universal y gratuita.